En 2019 se produjo la ruptura de Podemos Zaragoza con el gobierno de Santisteve y Zaragoza en Común (ZeC). Este posicionamiento actuó como correa de transmisión del Gobierno de coalición estatal en la ciudad, a lo que se sumaba la entrada de Podemos Aragón en el gobierno cuatripartito de Lambán. Todo esto hizo que Zaragoza en Común apareciera públicamente como contrapeso a la subalternización política al socioliberalismo y como propuesta de izquierdas independiente. Nuestra lectura en ese momento fue doble: por un lado, era necesario reforzar la hipótesis de Zaragoza en Común frente a la de Podemos Zaragoza; por otro, estaba abierta la posibilidad de construir un polo de izquierdas con autonomía política respecto al socioliberalismo. Por tanto, nosotras apostamos por participar en Zaragoza en Común para favorecer que este espacio plural fuese capaz de ejercer de contrapeso a otros sectores, como Podemos, que estaban entrando a reforzar las políticas y los gobiernos del PSOE y del PAR.
En todos estos años, los pasos dados por Zaragoza en Común no han respondido a un plan general debatido internamente ni a una orientación estratégica clara, sino que han sido más bien una suma de movimientos tácticos ante acontecimientos externos y, muy especialmente, ante los movimientos de las diferentes familias del progresismo a escala aragonesa y estatal. Por nuestra parte, hemos intentado reiteradamente, sin éxito, abrir un debate en el seno de Zaragoza en Común donde poder explicitar las diferentes posturas que sabemos que existen y debatir democráticamente sobre orientación y alianzas. Los dos momentos clave para esto han sido la entrada en el gobierno de la Diputación Provincial de Zaragoza de manera subordinada al PSOE (cuando no era necesaria numéricamente la entrada para su constitución), y los acercamientos al proyecto de Yolanda Díaz. Actualmente, podemos decir que Zaragoza en Común ha entrado en la órbita de la dinámica del progresismo, aceptando el horizonte del co-gobierno con el socioliberalismo. La disputa ha pasado de darse a la interna de ZeC por la independencia política del espacio y la diferenciación clara con respecto al PSOE, a darse entre ZeC y otras organizaciones por ver quién logrará imponerse como base local del yolandismo. Se ha producido, por tanto, un cambio de rumbo que supone el reforzamiento de las tesis políticas de Unidas Podemos y Sumar, así como un claro acercamiento a sus posiciones políticas de subalternización al socioliberalismo.
Reconocemos que, por nuestra parte, no hemos sido capaces de trabajar con la suficiente fuerza y convicción en Zaragoza en Común como para forzar un cambio en la correlación interna de fuerzas y convencer a otros sectores de no hacer este cambio de rumbo. Seguimos pensando que tomamos una decisión correcta en 2019 iniciando nuestra andadura en este espacio, y hacemos un balance positivo de muchas de las iniciativas políticas desplegadas por ZeC y de la acumulación de experiencia que ha supuesto el trabajo de todas las personas comprometidas que participan y han participado en sus diferentes instancias, asambleas de barrio, grupos sectoriales, etc. Además, la existencia electoral de Zaragoza en Común ha constituido, en sí misma, un valor enormemente positivo para la ciudad y para todo Aragón. Los procesos electorales constituyen momentos de excepcionalidad donde se abre la puerta al debate político a amplias capas populares y donde es posible transmitir mensajes más allá de los limitados círculos de difusión habituales. En estos momentos, la presencia electoral de una fuerza procedente de las clases trabajadoras y con independencia política puede ser desencadenante de un proceso de politización de masas para sectores tradicionalmente no vinculados a la izquierda radical, además de ganar posiciones institucionales desde las que presionar políticamente en muchos sentidos.
Sin embargo, existen unos andamios mínimos que deben estar presentes para embarcarse en proyectos electorales amplios de este tipo. Ante el cambio de rumbo de Zaragoza en Común, se genera un vacío sobre el tipo de apuesta electoral que consideramos necesaria para la lucha política, lo cual es sin duda una mala noticia y nos obliga a constatar el fin de nuestro camino conjunto. Aspiramos a que en el futuro pueda darse una fuerza así en Aragón y, por nuestra parte, dedicaremos todas nuestras energías desde este momento para contribuir a ello, impulsando todos los espacios y conflictos que puedan favorecer el surgimiento de unas condiciones cualitativamente diferentes sobre las que se abran nuevas posibilidades.
Nota: Puede leerse un análisis más completo de la coyuntura política y de nuestra orientación para el ciclo en el artículo publicado en AraInfo.