Manifiesto: Solidaridad con el pueblo de Siria

05/10/2016
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Manifiesto traducido de Tadamón Catalunya
 
pueblo-sirioEn el marco de las revueltas árabes y de las posteriores contrarrevoluciones, Siria sufre, desde hace más de 5 años años, una cruel guerra, en la que ya han muerto más de 80.000 civiles y ha causado más de 11 millones de personas desplazadas y refugiadas en el interior del país, en los países vecinos y miles de muertos en el mar Mediterráneo.

La guerra en Siria ha provocado una de las mayores crisis humanitarias, de tal manera que el ACNUR ha condenado no sólo la poca implicación de Europa en las ayudas, sino también «las devoluciones en las fronteras terrestres y marítimas, el lento acceso a procedimientos de asilo efectivos, las inadecuadas condiciones de acogida … «.

Las causas y los responsables del conflicto son diversos: de una parte, el régimen sirio , encabezado por Bashar El Assad, que comenzó reprimiendo las protestas populares y pacíficas, y de la otra- una vez estalló el conflicto y los enfrentamientos violentos- tienen mucha responsabilidad los grupos llamados «yihadistas», como Estado Islámico o los grupos financiados por las monarquías del Golfo como Arabia Saudita, Qatar … En estos momentos, Rusia, con la ayuda de Irán, por un lado, y EEUU y sus aliados, por el por otro, llevan a cabo bombardeos contra la población civil, ahora unidos bajo la bandera de una renovada «lucha contra el terrorismo» que provocan aún más muertes, más destrucción y alejan aún más la posibilidad de una salida democrática al conflicto.

Rechazamos la idea de que las intervenciones militares puedan ofrecer una solución. Sea cual sea la excusa para su intervención, las fuerzas armadas de Rusia, de Irán, o de la OTAN, no resolverán ni los problemas ni la destrucción de Siria.

Condenamos enérgicamente la injerencia de todas las potencias extranjeras -Rusia, Irán, Arabia Saudita, Turquía, Francia, EEUU, … – que dirimen sus conflictos y defienden sus intereses particulares en suelo sirio en detrimento de la población civil y del fin del conflicto armado en el país. Exigimos, también, el fin de las políticas autoritarias y militaristas, y las medidas discriminatorias, represivas y de excepción que estos estados imponen a su ciudadanía en nombre de la «seguridad» o la «lucha contra el terror».

En esas circunstancias, como decíamos, surgió el llamado Estado Islámico (que se estableció en la extensa zona central desértica del país, pero con poca población bajo su dominio, comparativamente) y otros grupos criminales y retrógrados, que, sin embargo, no salen de la nada. Por un lado, aparecen en el contexto de la brutal violencia del régimen, que, además, entre 2012 y 2013, excarceló a más de 1500 presos “yihadistas” para poder justificar luego el incremento de la escalada represiva y, por la otra, son un producto de la ocupación estadounidense de Irak y del sistema político sectario impuesto por los ocupantes. De ninguna manera se puede atribuir la violencia del Estado Islámico y de los otros grupos “yihadistas” a una religión milenaria – Islam – ni ignorar los escenarios en los que han surgido estos grupos.

Cualquier solución debe pasar por el respeto de los derechos y libertades de los diversos pueblos de la región, como por ejemplo, las reivindicaciones del pueblo kurdo o la libertad de expresión de todas las creencias y grupos religiosos. Hay que reivindicar las demandas originales de las revoluciones árabes, la democracia y el fin de las dictaduras.

Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo de Siria y la voluntad de presionar para que se produzca una salida de la guerra a través del diálogo, empezando por volver a un alto el fuego que sea respetado para que se detengan las matanzas, provocadas muy masivamente por bombardeos aéreos (como es actualmente de forma especialmente sangrate en el caso de Alepo, que está siendo arrasada por la aviación rusa) sobre ciudades sitiadas donde malviven más de 600.000 personas, y para que se inicie el retorno de los refugiados y la reconstrucción del país.

Denunciamos el suministro de armas que sólo alarga el conflicto y aumenta el sufrimiento de la población. Las potencias que aportan armas son cómplices de la matanza.

Por todo lo expuesto, queremos manifestar que:

1- Nos solidarizamos con las fuerzas democráticas del conjunto de Siria,- atendiendo a su diversidad de pueblos y religiones- y nos posicionamos con los movimientos populares que todavía hoy defienden los objetivos originales de la revolución. Debemos hacer lo que sea necesario para expresar esta solidaridad con su capacidad de agencia política.

2- Rechazamos el uso interesado del conflicto sirio para intentar justificar actitudes y medidas islamófobas en nuestro país y en el resto de Europa. En este ámbito apoyamos las campañas contra la islamofobia, el fascismo, el racismo, la xenofobia y las hacemos nuestras.

3- Exigimos un cambio fundamental en las políticas del Estado español y de la UE en cuanto a las personas refugiadas y pedimos que se cumplan el derecho internacional, los derechos humanos, y las recomendaciones de las agencias competentes de la ONU: denunciamos el acuerdo de la vergüenza entre la UE y Turquía. Las personas que huyen de una guerra se merecen apoyo y respeto, como reclamaban los refugiados de la Guerra Civil Española.

4- Consideramos que hay que cambiar las políticas de asilo, de atención a los refugiados y de rescate marítimo. La Unión Europea y los estados deben establecer vías seguras y legales a los potenciales solicitantes de asilo con el fin de garantizar el derecho a la vida y la dignidad humana en las diferentes etapas de su desplazamiento forzado, desde su país de origen, los de tránsito y su acogida. España y el resto de los paises europeos deben reconvertir parte de su gasto militar para financiar esas políticas civiles.

5- Exigimos un alto el fuego inmediato y el establecimiento de corredores humanitarios supervisados por organismos civiles internacionales independientes para ayudar a las poblaciones sitiadas. Abogamos por el cese definitivo del conflicto armado y la denuncia del sistema internacional que lo ha hecho posible y alentado.

Nadie debe morir ahogado en el mar Mediterráneo mientras intenta llegar a un lugar seguro.
 

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