El 8 de mayo salimos a las calles por la Escuela Pública

08/05/2018
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Comunicado de Anticapitalistas
 
Levantemos entre todas un pacto de toda la comunidad educativa por un calendario de luchas y movilizaciones por una escuela 100% pública y gratuita, democrática, popular, cooeducadora, intercultural, laica y de calidad.

Las políticas privatizadoras y los recortes de la administración están laminando la educación pública de este país hasta límites absolutamente insostenibles para una mínima cohesión social. Mientras el gasto en conciertos educativos bate récords y supera niveles anteriores a la crisis, la inversión en educación pública se mantiene por debajo de niveles previos a la crisis y el borrador de presupuestos del gobierno augura un futuro aún más desolador para la educación pública.

El supuesto “pacto nacional por la educación” que se suponía iba a paralizar los aspectos más regresivos de la LOMCE nació ya enfermo. Al obviar en este pacto el debate y el pacto social previo que debía haber tenido lugar en el seno de la comunidad educativa. Este “pacto” es, a día de hoy, un cadáver político y social sobre el que se levanta una nueva batería de las políticas privatizadoras, recentralizadoras y nacional-católicas que han caracterizado la LOMCE.

Hay que decirlo alto y claro para que ni el ruido mediático ni las modas metodológicas que articulan el nuevo mercado educativo nos desvíen del principal problema de la educación en este país: la segregación escolar. Si queremos mejorar nuestro sistema educativo, es urgente aumentar al menos al 5 % del PIB y aspiramos al 7% como objetivo para la inversión en educación. A la vez que se implementa la reducción progresiva y eliminación de los conciertos de centros privados, para ampliar la red de centros de titularidad y gestión pública con el objetivo de alcanzar una única red de educación pública.

Mientras la media europea de escuelas privada-concertadas no llega al 8%, en el Estado español hay comunidades donde alcanzan el 40%. Una auténtica anomalía democrática y educativa que es injusta, favorece la desigualdad, aumenta la privatización y la lógica de la competencia genera una triple red en el seno de la misma pública sin aumentar la calidad pero si la segregación.

Hace falta un pacto, sí, un pacto de luchas y movilizaciones contra la segregación escolar. Un pacto de la comunidad educativa y la ciudadanía en general que se traduzca en acción política; que destierre progresivamente la doble red de nuestro sistema educativo hasta que se convierta en un lejano recuerdo de una pesadilla social que nunca debió existir.

Que implemente una educación auténticamente inclusiva y gratuita. Reducción de ratios, universal de 0-3 años a universidad, sin cuotas de libros, materiales o excursiones, con actividades extraescolares públicas y gratuitas, servicio de comedor gratuito, universal y de gestión y producción de proximidad, transporte público y gratuito, que destierre de la escuela pública todas las formas de segregación: de clase, de género, cultural, religiosa, diversidad… La herramienta más innovadora y revolucionaria de la escuela pública es su diversidad: diversidad de capacidades, de clase, cultural, sexual, ideológica…

Hace falta un pacto, un pacto de lucha y movilización social de toda la comunidad educativa para recuperar la pérdida vertiginosa de la democracia en los centros educativos. La LOMCE no solo ha apuntalado presupuestariamente con dinero público la privada-concertada, sino que ha levantado su arquitectura institucional en el seno de la misma escuela pública.

Direcciones fuertes y gerenciales, redes clientelares y contratación a dedo del profesorado, desmantelamiento de facto de la función pública, incentivos y evaluaciones por resultados, destrucción de la visión integral de la red a la vez que se estimula la competencia entre centros, concepción gerencial de la autonomía de centros, externalización de servicios y de la formación del profesorado. Modelo de construcción por fases que empujan a las familias a la privada-concertada, falta de oferta de plazas públicas acompañada de cierres de centros…Todo ello mientras, se entierra a docentes y alumnos en una morralla burocrática de evaluaciones estandarizadas para confeccionar rankings de centros e incentivos económicos… hay que levantar de nuevo consejos escolares y claustros de profesores auténticamente vinculantes, democráticos y participativos, más allá del ruido mediático, de fundaciones privadas, “libros blancos de la educación” y modas “innovadoras” milagrosas prêt-a-porter lo cierto es que los momentos de mayor renovación pedagógica surgieron en nuestro país a partir de una ciudadanía movilizada junto unos movimientos pedagógicos que se esforzaban por construir otra sociedad más justa y solidaria. La renovación pedagógica siempre ha ido ligada a una institucionalidad democrática no a la maquinaria de segregación de clase en que quieren convertir la educación pública.

Un pacto contra la precariedad. Los interinos están en huelga, funcionarios, ampas y ciudadanía en general debemos apoyarlos y volcarnos en su lucha, nos jugamos la calidad educativa. Formación permanente pública y gratuita. Sistemas de oposiciones justos y suficientes, que no supongan un ERO encubierto de los miles de trabajadoras que ya están en la administración en condiciones de temporalidad y que ya han demostrado a lo largo de estos años su capacidad y profesionalidad. Un pacto de estabilidad de todos aquellos interinos que lo deseen que vaya paralelo a la convocatoria de las oposiciones.

Hace falta un pacto de toda la comunidad educativa de solidaridad con la escuela pública catalana, en los últimos meses hemos visto como desde el Estado se ha aplicado el 155 en Catalunya, dejando las competencias de ensenyament directamente en manos del ministro de educación Íñigo Mendez de Vigo que ha amenazado con desmantelar el modelo de inmersión lingüística, ha renovado conciertos (vía 155) de las patronales religiosas que segregan por sexo y ha amenazado a los docentes de Catalunya acusándolos de adoctrinar y manipular la historia en sus clases para que luego la fiscalía los impute directamente por adoctrinar en las aulas. Todo ello mientras que el Gobierno del Estado vuelve a poner la asignatura del “espíritu nacional” en las escuelas y apuntala la religión como asignatura… Hay pues que dar una respuesta masiva, solidaria y democrática a un Estado que criminaliza y difama a todos aquellos que luchan día a día para conseguir una escuela pública libre y democrática.

Por todo ello este 8 de mayo nos sumamos a la convocatoria de la Plataforma estatal por la educación pública.

Levantemos entre todas un pacto de toda la comunidad educativa por un calendario de luchas y movilizaciones por una escuela 100% pública y gratuita, democrática, popular, cooeducadora, intercultural, laica y de calidad.
 

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