El proyecto político del Gobierno de Aragón (PSOE-CHA) dista mucho de tener ánimo transformador y de confrontar con los intereses de la oligarquía aragonesa. Lo hemos comprobado desde que comenzó su mandato en verano de 2015, con reiterados incumplimientos de los acuerdos alcanzados en las Cortes con Podemos e IU.
Sus pactos con estas formaciones han sido estéticos o de cara a la galería, para enmascarar que se han echado en brazos de las políticas del PP-Cs-PAR. Ha llevado a cabo un programa con trasfondo neoliberal y conservador, en muchas ocasiones modificando posteriormente con la derecha los acuerdos presupuestarios.
En enero de 2016 Podemos e IU apoyaron los presupuestos de Aragón para 2016 después de conseguir aprobar algunas enmiendas que le daban un carácter más social a las cuentas presentadas por el ejecutivo aragonés y que sirvieron, sobre todo, para terminar con el periodo del PP de Rudi.
Mucho más tortuoso para el Gobierno fue la aprobación del presupuesto para 2017, ya que el reciente apoyo de Lambán a la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy, sumado a tantos incumplimientos en Aragón con Podemos e IU, hizo que Lamban no consiguiera la aprobación hasta mayo del año pasado. Y esto ocurrió tras una gran lucha por la educación pública, con la modificación de los conciertos de la educación privada-concertada, que sacó a la calle a toda la derecha aragonesa con una descarada y manipuladora campaña del Heraldo de Aragón y del resto de las élites.
La posición de Anticapitalistas Aragón fue la de votar en contra, ya que no servía para obtener cambios sustantivos para las de abajo y lo poco conseguido no iba a ser cumplido por el Gobierno de Aragón, como se ha podido ver posteriormente.
Ahora, para la aprobación del presupuesto para 2018, se habían puesto sobre la mesa condiciones que podrían ser interesantes para dar un giro en las políticas sociales y de salud democrática de la vida de las aragonesas: derogación del ICA, democratización de las comarcas y renovación de órganos institucionales (como por ejemplo la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión, y el Justicia de Aragón). Pero ninguna se ha conseguido concretar en la negociación de Podemos con el Gobierno ni durante el periodo de enmiendas.
Votar a favor de estas cuentas significa someterse, aceptar la autoridad de las élites y tener una posición sumisa en el parlamento. Supone defraudar a los miles de personas que se han manifestado y movilizado contra el ICA, que se creyeron que era una condición para aceptar el presupuesto de Aragón.
Por todo esto, desde Anticapitalistas Aragón creemos que hay que decir NO a estos presupuestos.