Comunicado de Anticapitalistas
El rey emérito Juan Carlos I ha huido como otros Borbones hicieron antes. Cada vez hay menos dudas sobre su responsabilidad en una trama corrupta en la que el monarca aprovechó su posición de poder, otorgada por una institución ilegítima y heredera del franquismo, para enriquecerse personalmente.
En primer lugar, cualquier Estado de derecho que contara con una justicia mínimamente independiente procedería inmediatamente a la retirada del pasaporte de Juan Carlos I. Huye en medio de un proceso judicial abierto tras hacerse público años y años de encuentros con empresarios, monarcas y dictadores que le han permitido al Borbón amasar una suculenta riqueza. Por si fuese poco, todavía hay gente criminalizada y perseguida por decir que el “Borbón es un ladrón”. Un capítulo más que demuestra el papel de un sistema judicial benevolente con los de arriba y sumamente agresivo con los de abajo. Escándalos que desde hace tiempo reflejan la razón de ser de una institución al servicio de los intereses de unos pocos que desde hace siglos parasitan el esfuerzo de quienes día a día generan la riqueza en la sociedad. No se trata, por tanto, de juzgar tan solo a una persona: se trata de juzgar a toda una institución que es la que ha posibilitado, con su naturaleza desigual y privilegiada, esta corrupción insultante.
En segundo lugar, la huida del rey Juan Carlos I forma parte de una operación política orquestada por el PSOE para regenerar la imagen de la Monarquía desvinculando al actual rey Felipe de los desmanes de su padre. No nos sorprende que el actual monarca se aferre al cargo e intente salvar sus privilegios. No nos sorprende la defensa que hace la derecha de la monarquía. Tampoco la sumisión del PSOE ante ella. A estas alturas, tampoco debería sorprendernos que en el Estado español no existan “monárquicos” críticos con el vergonzoso comportamiento del rey. Al fin y al cabo, la monarquía solo fue un instrumento más de las élites para su operación transformista en el 78: se trataba de implantar una democracia limitada en el Estado español, en donde el poder económico y las estructuras del Estado quedasen intactas tras el franquismo.
Lo que nos parece intolerable a estas alturas es que ni tras un escándalo de esta magnitud, los poderes políticos se planteen siquiera un referéndum en donde la ciudadanía pueda decidir. Décadas de propaganda no pueden ocultar la cuestión: nadie ha votado esta institución. Cada vez menos gente la considera útil. Nadie cree ya que se pueda desvincular a la persona de la institución. Hay un clamor, sordo, pero cada vez más difícil de ocultar: la gente quiere decidir sobre la monarquía.
La primera responsabilidad la tiene el gobierno. Existe una mayoría parlamentaria que se declara formalmente republicana. Existe la posibilidad desde el gobierno de abrir un debate público que culmine en una votación que dé la palabra a los pueblos del Estado español. Si no se hace, es por falta de voluntad política. A estas alturas ya hemos comprobado que al gobierno le sobra retórica “progresista” pero carece de voluntad. En ese sentido, hacemos un llamamiento a todas las fuerzas políticas y sociales republicanas para activar mecanismos democráticos que permitan a la ciudadanía conocer el alcance de los desmanes monárquicos y facilitar que la gente exprese su opinión sobre esta institución. Si el parlamento sigue negando una comisión para investigar al rey, proponemos que se constituya una comisión independiente formada por gente destacada de la sociedad civil para recopilar información sobre los negocios corruptos de la monarquía. Si el poder político sigue negando la posibilidad de que la gente exprese su opinión, creemos necesario que, siguiendo la senda marcada por los referéndums populares sobre la monarquía, que las fuerzas políticas y sociales republicanas tomen la iniciativa y organicen un gran referéndum en el que la gente pueda expresar su opinión. No podemos afrontar la crisis que viene resignadxs y permitiendo que los de siempre se salgan con la suya. Esta vez tiene que ser distinto. Desde Anticapitalistas trabajaremos con todo el mundo dispuesto a ello en esa dirección.