Desde Izquierda Anticapitalista de Aragón, queremos denunciar públicamente nuestra indignación y oposición ante la nueva vía represiva escogida por el gobierno del PP y de su representante en Aragón.
Los proceso sancionadores,que es como eufemísticamente denominan a multas arbitrarias de carácter absolutamente discrecional y político, contra los ya llamados los 51 de Zaragoza, entre los que se encuentran compañeros anticapitalistas, no hacen si no mostrar a la opinión publica la debilidad y la incapacidad de un gobierno que se ha rendido ante la realidad y que cómo el mismo reconoce no sabe cuándo se saldrá de esta situación de angustia y miseria para los de abajo. Para mantenerse en el gobierno este grupo de políticos profesionales ha escogido la represión , ante la evidente frustración y rabia que generan su tramitación de la ILP presentadas por la plataformas antidesahucios y del conjunto de recortes y medidas antisociales que ya le son características. Ya no solo quieren quitarnos la casa también el poco dinero que nos queda.
El PP ya no es el partido que representa la mayoría, nunca lo ha sido en estricto sentido, y no puede envolverse en la bandera de la soberanía popular cuando la desprecia cada vez que se va a reunir con los banqueros, con la Troika o cuando incumple el 100% del contrato que tenía con los ciudadanos, es decir, su programa electoral.
Ante esta situación, al PP solo se le ocurren dos cosas y un método. Echar la culpa a la herencia recibida, como si los gobiernos de Aznar no tuvieran responsabilidad en la burbuja inmobiliaria, y aumentar la represión y estrechar la democracia. El método es la mentira como medio de comunicarse con la gente, ya que la verdad es insoportable hasta para ellos que ganan inmerecidos sueldos y sobresueldos.
Desde Izquierda Anticapitalista de Aragón expresamos toda nuestra solidaridad y nuestro apoyo a los 51 de Zaragoza y también nuestro convencimiento que el patético intento de Gustavo Alcalde no conseguirá detener la movimiento antidesahucios, que todavía va cosechar muchas victorias y a dar soluciones donde el gobierno no las da. Es decir, realizar el papel que correspondería a la administración y que no realiza: la tutela efectiva del derecho a la vivienda y el amparo del débil frente el abuso y la estafa del poderoso.
Un gobierno que no cuida de sus gobernados no se puede llamar democrático y debe de dimitir.
Una respuesta a Ante la represión injustificada contra el movimiento antidesahucios